Hoy en día, el agua es un producto de un valor tan enorme, que algunos países, aun sin disponer en realidad de agua potable suficiente para cubrir sus propias necesidades, venden los derechos de las fuentes correspondientes a empresas internacionales o incluso exportan un agua que ellos mismos necesitan con verdadera urgencia. Cuanto mejor funcione el abastecimiento de agua de un país, menor es el riesgo de que se produzca una escasez de agua potable. A su vez, esto reduce el peligro de que se produzcan dependencias políticas en los estados vecinos y los grupos empresariales, lo que también disminuye el potencial de conflictos en torno al tema: “¿A quién pertenece el agua?”
Independientemente de cómo se afronte la precaria situación de la gestión del producto llamado “agua”, un hecho es seguro:
La explotación de nuevos recursos de agua potable no siempre es fácil, con frecuencia también porque, por ejemplo, las plantas desalinizadoras implican unos altos costes de desarrollo y energía. Además, la construcción de una infraestructura, así como su mantenimiento y el aprovisionamiento de agua potable, exigen la realización de importantes inversiones. Del mismo modo, cuando el cliente de la empresa abastecedora de agua desea recibir un suministro de agua potable de alta calidad en cualquier momento, en cualquier lugar y en una cantidad concreta, esto cuesta dinero y el consumidor debe pagar en consecuencia para recibir este servicio. Con todo, el agua es siempre un bien imprescindible para cualquiera.
La labor principal consiste en sensibilizar a las abastecedoras y a los consumidores para que sepan enfrentarse al agua y a su valor. Además, también es importante formar a los trabajadores de las empresas abastecedoras de agua sobre los métodos y los equipos que existen para reducir a un mínimo las pérdidas de agua o para introducir un sistema de gestión de pérdidas de agua.
La labor principal consiste en sensibilizar a las abastecedoras y a los consumidores para que sepan enfrentarse al agua y a su valor. Además, también es importante formar a los trabajadores de las empresas abastecedoras de agua sobre los métodos y los equipos que existen para reducir a un mínimo las pérdidas de agua o para introducir un sistema de gestión de pérdidas de agua.
El agua también desempeña una función destacada en la industria alimentaria, aunque con frecuencia el consumidor no percibe a primera vista la gran cantidad de agua que se utiliza para la fabricación de un alimento. Por ejemplo, para la producción de 1 kilo de carne de ternera se necesitan aproximadamente 16.000 litros de agua y, para la misma cantidad de carne de pollo, aproximadamente 4.300 litros. Esto también incluye la cría de los animales, el procesamiento de la carne y todos los procesos que se desarrollan a continuación hasta que el producto está listo para su consumo.
Esta llamada agua “virtual” acentúa cada vez más la escasez de agua potable en los países en vías de desarrollo. Por otro lado, la extracción de agua para la agricultura disminuye los recursos de agua que ya de por sí son reducidos.
En un país como Perú, donde el abastecimiento de agua potable se está convirtiendo en un problema cada vez más preocupante, en muchas ocasiones falta la conciencia de que todo lo que gira en torno al “agua” implica el uso de tiempo y dinero. Además, en la actualidad, el robo de agua sigue considerándose un delito menor, pues ni las abastecedoras ni los consumidores están aún suficientemente concienzados de que la falta de ingresos reduce también las inversiones en el abastecimiento de agua. En Perú, más del 30 % del agua potable que se consume no se factura en absoluto, ya sea por falta de organización, por fugas en las tuberías o por extracciones ilegales. Un paso decisivo para lograr un aprovisionamiento eficaz de agua y reducir las pérdidas de agua como consecuencia de los robos es la instalación sistemática y generalizada de contadores de agua.
Enrico Sánchez, empleado de una empresa abastecedora de agua peruana, sospecha desde hace tiempo que un matadero de aves situado en la periferia este de la ciudad consume para el procesamiento de la carne una cantidad de agua considerablemente más alta que la que aparece en las facturas oficiales. Y este no es el único indicio de robo de agua a gran escala: la discrepancia entre el consumo de agua y la cantidad de agua que llega a las instalaciones de depuración permite entrever desde hace mucho tiempo que multitud de empresas y entornos domésticos extraen el agua que utilizan con métodos ilegales. Hasta ahora, las posibilidades y, con ello, el interés por encontrar acometidas de agua ilegales, eran muy limitadas. Uno se limitaba a la tolerancia tácita de la situación.
Pero las abastecedoras no son las únicas que experimentan el robo de agua; también lo hacen los consumidores que deben pagar por las pérdidas que surgen. En consecuencia, esta conducta insolidaria cuesta dinero a ambas partes.
¿Cómo se encuentran acometidas ilegales?
El empleado de la empresa abastecedora de agua y sus colegas, apoyados por trabajadores de la empresa Hermann Sewerin GmbH, emprenden el camino hacia el matadero de aves sospechoso.
Gracias a la colaboración con Sewerin, la abastecedora de agua dispone de una tecnología de equipos profesional. Así, el AQUAPHON® A 200, en combinación con el COMBIPHON®, permite localizar tuberías de plástico y de fibrocemento, por lo que este procedimiento también resulta ideal para buscar acometidas ilegales.
Michael Kersting, empleado de Sewerin, explica brevemente el manejo de los equipos. Por lo general, en los países sudamericanos, los contadores de agua se instalan fuera del edificio, por lo que el acceso a los mismos es libre.
Enrico abre la cubierta y monta el Striker del COMBIPHON® en la tubería de acometida doméstica. El Striker golpea la tubería, de forma similar a un martillo, con una intensidad y una frecuencia que pueden elegirse de forma libre. A continuación, el sonido que se propaga a lo largo de la tubería puede localizarse en la superficie con ayuda del micrófono de suelo del AQUAPHON® A 200.
Por lo general, la localización electroacústica requiere una vasta experiencia y un buen oído. Sin embargo, gracias a la guía de menús intuitiva, al manejo sencillo y a los sonidos de golpeteo que se escuchan a la perfección, Enrico es capaz de comenzar a buscar tuberías de inmediato. Tan solo unos metros después, se topa con un punto en el que el sonido se divide. Como llega un momento en el que ya no puede avanzar, compensa su impresión acústica con la representación gráfica de la pantalla del AQUAPHON® A 200. Así, cambia la dirección y sigue el sonido que es distinto del de la tubería principal, hasta que se encuentra justo delante de la pared del edificio del matadero de aves. Como esta bifurcación no aparece representada en el plano oficial, parece que la sospecha de que hay una acometida ilegal se confirma.
“¡Santa María!” Enrico sonríe de oreja a oreja. „Sí. Creo que hay algo. Michael, le pido que eche una mirada”. El empleado de Sewerin mira el AQUAPHON® A 200 y asiente con la cabeza. A continuación, los trabajadores de la empresa abastecedora de agua excavan el suelo situado en este punto y, efectivamente, se constata que Enrico ha encontrado la tubería ilegal.
Con la ayuda de Sewerin, de un problema global complejo y aparentemente insolventable surge una labor que puede llevarse a cabo con pasos sencillos, incluso si los usuarios no son expertos.
A partir de ahora, será posible realizar un seguimiento más sencillo de hechos sospechosos, así como buscar de forma precisa acometidas domésticas ilegales y encontrarlas mediante el uso de tecnologías sofisticadas y conocimientos técnicos humanos.
Además de esta sensación de logro personal para Enrico, a partir de ahora el nuevo contador de agua instalado aportará a la empresa dinero en efectivo.
Todos los robos de agua esclarecidos ayudarán a evitar paulatinamente que los recursos de agua sigan agotándose: ¡Caso resuelto!